SÁENZ PEÑA (agencia) – Sin el dólar agro que les podría haber garantizado un alivio para la venta al exterior de la fibra de menor calidad, que no tiene consumo en el mercado interno, el sector algodonero y el industrial en particular, están en un compás de espera dada la baja en el consumo de prendas de vestir en general y en indumentaria, como consecuencia de la inflación que golpea a los bolsillos de los argentinos.
xMientras se cosechan los últimos lotes de algodón con mejores rindes y mayor calidad de fibra, el Chaco sigue marcando optimismo en el cultivo por excelencia, bandera de la provincia.»Hay un parate en las compras de buzos, pantalones, todo lo que sea ropa de algodón para invierno, no se movió, está todo paralizado», comentó un industrial textil a NORTE RURAL a la hora de hacer un balance de situación.
Sin embargo, las voces son coincidentes tanto de productores, técnicos e industriales en el sentido en que el algodón sigue siendo el cultivo emblema de los chaqueños, generador de miles de puestos de trabajo en todos los eslabones sde la cadena.
EL MERCADO LOCAL
En el mercado del algodón se está pasando por una «meseta en los precios» provocada por el «tipo de cambio» que impide la exportación, lo que implica que el textil esté sujeto a la demanda interna, adicionándose la problemática de que «todos los textiles están pasando por una recesión porque se está vendiendo poco».
«La única demanda de algodón en estos momentos es de parte de la industria nacional y están muy fríos los compradores porque no van a salir a endeudarse con el nivel de tazas vigente, sabiendo que para unos meses tendrán una buena oferta a precios razonables», comenta Carlos Caram, corredor de fibra.
EL INDUSTRIAL VA A ESPERAR PARA COMPRAR
x“Con un dólar de 250 pesos no se puede exportar y el dólar agro de 300 pesos tampoco serviría”, dice el empresario textil chaqueño Carlos Caram.La situación indica que «el industrial va a esperar para comprar y así como durante un año el precio subió, incluso superando a la inflación, ahora estamos en un momento en el que cambiaron las reglas». «En las calidades buenas seguramente la cotización no bajará, pero todo depende de cómo los productores vayan ofertando», añade.
«La demanda no es el inconveniente más grande porque es sostenida durante todo el año por la industria, entonces mientras exista una oferta estable se opera normalmente», explica Caram. «El problema» es que la mayor parte de la supeficie algodonera del país se sembró en diciembre y se concentró la cosecha en las últimas semanas con saturación de demanda de cosechadoras y de la capacidad operativa de las desmotadoras.
LA INFLACIÓN TAMBIEN IMPACTA
«Hay una sobre oferta que desequilibra la fuerza del mercado y lo dice la ley de la oferta y la demanda: cuando hay una sobre oferta y la demanda es igual, el precio baja», refiere el corredor de fibra. La realidad de la pizarra nacional es que los valores se mantienen «pero con el encarecimiento diario que se registra en Argentina, en todos los rubros, que se mantenga la cotización equivale a una baja».
«La desgracia es que vino toda la cosecha junta, todo el mundo quiere vender y un industrial que tiene que comprar doscientas o trescientas toneladas por semana tiene ofertadas dos mil, entonces elije», acotó Carlos Caram.
En ese contexto «los productores están tratando de no vender por debajo de los precios que se vienen manejando porque si eso ocurre sería desastroso para el sector por la mala relación que existe ante los distintos tipos de cambio». La conclusión ante el panorama es que «es una meseta que se tendrá que pasar, aguantando un poquito».
ACHICAMIENTO POR SEQUÍA
La cosecha si bien es tardía «y se juntó toda en un mismo período» tiene la característica en esta campaña que «es chica». La zafra está dando cuenta de la afectación de la sequía y las elevadas temperaturas, «además de que se sembró un treinta por ciento menos que el año pasado». En estas condiciones «los productores se ven en la disyuntiva si mal vender o esperar».
«La segunda opción, la de la espera, sería la decisión más adecuada pero depende de la necesidad de cada uno, pero hasta que ingrese la nueva cosecha en abril del 2024 existe un trecho muy largo y la industria se tiene que seguir abasteciendo, lo que significa que el precio se recompondrá», analiza el ingeniero Caram.
«El productor tiene que pagar las cuentas de la mejor manera que pueda y esperar a que se recomponga el mercado para liquidar la totalidad de la cosecha», aconseja.
APROVECHAR Y COMPRAR INSUMOS
«No nos olvidemos que el algodón es el cultivo que siempre está, que siempre nos saca del apuro, es como una rueda de auxilio, está ahí y nos salva de no quedarnos parados», describió.
Los precios actuales, «por encima de los quinientos pesos para el kilo de fibra de algodones de mediana calidad en grados de D a D1/2, no son malos si se considera que insumos y maquinarias están en dólar oficial». «En otro país del mundo ese mismo algodón vale entre un dólar veinte y un dólar cincuenta, entonces lo que se paga en el mercado local no está mal siempre y cuando sea para pagar cuentas», analiza Caram.
El corredor de fibra considera además que «los valores están más que bien para comprar insumos, semillas, máquinas, repuestos e inclusive combustible para almacenar». «La compra permitirá sembrar en la próxima campaña con insumos que se compraron a dólar oficial y cuando se coseche en 2024 se estará vendiendo a un dólar seguramente sin cepo», considera el corredor de fibra.
DÓLAR AGRO SIN UTILIDAD
SÁENZ PEÑA (Agencia) – La expectativa a nivel mundial es de crecimiento en la demanda de fibra de algodón pero al productor argentino mucho no le sirve esa perpspectiva «ya que con un dólar de 250 pesos no se puede exportar y el dólar agro de 300 pesos tampoco serviría».
En referencia a la cotización diferencial para el agro de la moneda norteamericana, en el sector algodonero se advirtió que «ningún operador hasta el momento firmó todos los requisitos y declaraciones juradas que se están pidiendo».
TRABAS Y DESVENTAJAS
«La pregunta es de qué nos sirve a nosotros que podamos exportar si para eso tendríamos que tener un dólar más cercano a los cuatrocientos pesos, una cotización que el mercado espera se de cuando ocurra el cambio de gobierno porque mantener este esquema de atraso cambiario es imposible e inviable», refirió Carlos Caram.
El corredor advierte además que «para comercializar con cotización del dólar agro hay un montón de requisitos, algunos limitantes, que se podrían considerar si realmente el precio sirve pero el dólar de 300 ya no tiene utilidad». «Es una cotización que ni siquiera sirve para la mercadería de grados bajos, de baja calidad», remarcó Caram.