Urge que la ciudadanía tome conciencia del problema y contribuya con medidas sencillas como la limpieza de patios, eliminando objetos que no son útiles y que pueden acumular agua, lavando periódicamente bebederos de animales, reemplazando con tierra o arena el agua de los floreros y asegurándose que los tanques de agua o cisternas permanezcan tapados en forma correcta. La clave está en la eliminación de los criaderos de mosquitos. Como todos sabemos, con menos mosquitos, las posibilidades de propagación de la enfermedad se reducen en forma notable. Se debe recordar, además, que aquellas personas que se contagian por segunda vez con el virus tienen un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad de manera más grave.
El vector principal de la enfermedad es el mosquito hembra de la especie «aedes aegypti», y su reproducción y propagación se debe a los climas con abundantes lluvias y elevadas temperaturas. Otro factor que influye es la insuficiente provisión de agua potable en algunas zonas que obliga a almacenarla en recipientes caseros descubiertos que pueden transformarse en reservorios que funcionan como criaderos. La transmisión de la enfermedad, vale recordar, es predominantemente doméstica. De ahí la importancia de que cada familia se comprometa a adoptar las medidas mencionadas para eliminar los posibles criaderos: eliminar recipientes que no son de utilidad y que pueden acumular agua, como latas, botellas, neumáticos o lonas, mientras que los que se utilizan frecuentemente deben ser colocados boca abajo una vez finalizado su uso. Todas estas medidas tienen el mismo objetivo, que es evitar la acumulación de agua, que es el lugar predilecto de estos mosquitos para poner sus huevos. Se aconseja también utilizar repelentes, llevar prendas que cubran brazos y piernas, especialmente al estar al aire libre. Será de gran ayuda para toda la comunidad que en cada casa se mantengan los patios ordenados y los jardines desmalezados. También hay que poner énfasis en la limpieza de canaletas y desagües de los techos y, dentro de las posibilidades de cada familia, se pueden colocar mosquiteros en las puertas, ventanas y cochecitos de bebé.
El dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el zika y el chicungunya también están presentan en nuestra región, por eso no debemos bajar la guardia. Debido a que la transmisión de la enfermedad se produce cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona enferma y luego pica a otras personas, la clave también está en evitar las picaduras, para lo cual se recomienda emplear repelentes, aunque -como se dijo- siempre lo más importante será reducir el número de mosquitos, y esto se logra evitando la formación de criaderos. En este sentido, también es muy importante que continúen en forma permanente los operativos de limpieza en los espacios públicos.
Está comprobado que el mosquito puede completar su ciclo de vida, desde el huevo hasta la etapa adulta, en un período que va entre los siete y los diez días, y que los adultos pueden vivir de cuatro a seis semanas. La lucha contra el dengue se enfoca en la hembra Aedes aegypti, que es responsable de la transmisión de enfermedades porque necesita sangre humana para el desarrollo de sus óvulos y para su metabolismo. Es importante que toda la ciudadanía se informe sobre el dengue y siga los consejos brindados por las autoridades sanitarias. Todos los esfuerzos que se hagan para fortalecer las medidas preventivas, como el descacharrado, los desmalezamientos y la eliminación de recipientes con agua en los que se pueda reproducir el mosquito redundará siempre en beneficio de toda la comunidad.
La lucha contra el dengue será mucho más efectiva en la medida en que exista un mayor compromiso de la población para poner en prácticas todas las medidas de prevención mencionadas. No está de más, entonces, reiterar que uno de los métodos más eficaces para impedir la transmisión de la enfermedad se basa en reducir al mínimo las posibilidades de proliferación del Aedes aegypti, el mosquito que actúa como vector de esta y otras enfermedades como el zika o chikungunya.