Pasó de sufrir bullying en la escuela a ser la actriz porno más buscada en el país: se trata de Stefy Quinn, una joven de 28 años oriunda de José C. Paz que se convirtió en la máxima referente del cine para adultos. Su nombre artístico fue elegido a modo de homenaje a Harley Quinn, la villana de DC Comics que se convirtió en una inspiración para la joven.
Masajista, costurera y quiropráctica, la actriz se fue de su casa a los 16 años y no regresó. Vendió ropa en una feria hasta que logró montar un taller de costura en su propio hogar. A los 18 años comenzó con la venta de contenido erótico online y allí se abrió un universo que desconocía. “Elijo ser actriz porno porque es lo que me hace bien, lo que llevo en el alma y es parte de quién soy”, afirma.
Al hablar sobre su vida, Stefy asegura que no tuvo una infancia feliz: a pesar de que le iba bien con el estudio, sufría bullying en la escuela. “Me cargaban porque tenía sobrepeso, me decían que era gorda. Me iba bien porque me gusta estudiar y también me molestaban por eso. No era muy popular entre los chicos. Ahora que tengo este salto es fantástico el contraste. Soy lo que siempre quise ser”, detalla.
En otro orden, la joven actriz contó que está casada hace años y convive con su esposo -a quien conoció a los 16 años- en la localidad de San Miguel. Además, asegura que la decisión de dedicarse al cine porno fue un tema hablado con su marido, quien le brindó su apoyo e incluso la acompaña a la hora de editar contenido o producirlo. También la acompaña a los estrenos de las películas en las que trabaja.
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“A los 18 fue cuando tuvimos una charla, yo le pedí permiso y le pregunté qué opinaba. Fue una negociación y acá estoy. Al principio no era fácil para él, pero fue encontrando la manera de sobrellevarlo. Le encanta verme hacer lo que hago. No existen celos, nunca me hizo problema por nada. Mi marido ve mi contenido, me ayuda con planos e ideas para grabar. Me suma mucho en cuanto a la producción”, comenta.
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Sobre sus orígenes en la industria pornográfica, la joven de San Miguel afirma que llegó a ser actriz porno “de casualidad”, dado que no era un trabajo que estaba buscando. Primero inició como dama de compañía, hasta que conoció a un director de cine para adultos. Al principio la idea la asustó por la exposición que conlleva una película, pero decidió aceptar poniendo la condición de no mostrar su rostro.
“Cuando yo empecé a trabajar fui escort, empecé en la calle, después me metí en un lugar donde hacían masajes, después fui a un privado y la dueña era amiga de Víctor Maytland, director de cine para adultos. Víctor me contó que estaba haciendo una película y me dijo si quería participar. En esa época yo no quería tanta difusión ni que la gente sepa lo que yo hacía, entonces mostrar la cara para mí era mucho”, contó.
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En tanto, la actriz de José C. Paz recuerda que el peso de la mirada ajena resultó un obstáculo muy fuerte con el que tuvo que lidiar. “La oferta me interesaba, pero no podía frenar el ‘uy, la gente va a pensar mal de mi’ en mi cabeza”, confesó. Finalmente terminó filmando su primera película, llamada “Los Pornoadams”, donde utiliza unas máscaras del personaje Gatubela con la intención de mantener el anonimato.